Alianza global contra el neoliberalismo
Por Carmelo Ruiz Marrero
De Claridad / 27 feb-5 Marzo 1998 P: #9
Una amplia coalición con representantes en más de setenta países, compuesta por 565 organizaciones ecologistas, laborales, feministas, de derechos humanos, de consumidores, y de solidaridad en el Tercer Mundo, han emitido una declaración de repudio contra el Acuerdo Multilateral sobre Inversiones (MAI, por sus siglas en inglès).
Dicho acuerdo se está negociando desde 1995 en la Organización para la Cooperación y Derechos Económicos (OCDE), institución internacional con base en París compuesta mayormente por países de altos ingresos. Las organizaciones firmantes de la declaración denuncian que el MAI será nada menos que una constitución para la economia global que protegerá los derechos de las empresas transnacionales a costa de toda consideración social y ambiental.
Las negociaciones del acuerdo se han llevado a cabo sin la participación de los países que no son parte de la OCDE ni de los organismos de la sociedad civil. Las organizaciones no gubernamentales que representan trabajadores, consumidores y agricultores, y las que atienden asuntos ambientales, de derechos humanos y de desarrollo económico han tratado sin èxito de expresar sus puntos de vista y preocupaciones a los negociadores.
"Como resultado, el MAI propuesto está completamente desbalanceado. Este eleva los derechos de los inversionistas por encima de los derechos de los gobiernos, comunidades locales, ciudadanos, trabajadores y el medioambiente. El MAI va a socavar hasta el modesto progreso hecho hacia el desarollo sustantable desde la Cumbre de la Tierra en 1992." dice la declaración.
El acuerdo conflige con compromisos internacionales ya hechos por los gobiernos miembros de la OCDE. Por ejemplo:
*La Declaración de Rio y Agenda 21, ambos productos de la Cumbre de la Tierra. Estos dos documentos comprometen los gobiernos firmantes a proteger el medio ambiente en un marco de justicia económica y solidaridad internacional.
*Los principios de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) sobre prácticas empresariales restrictivas, adoptados en 1981. Estos principios tienen el propósito de contrarrestar la tendencia de las empresas transnacionales a formar carteles y allianzas monopolísticas en detrimento de ls paises pobres y las pequeñas empresas.
*La Declaración de Beijing, resultado de la conferencia internacional de la mujer, celebrada en 1995.
El MAI conflige tambièn con la politica de la OCDE de integrar factores sociales y ambientales a sus políticas económicas. Para dar solo dos ejemplos:
*anula las responsabilidades de las corporaciones transnacionales que la organización ratificó en 1976 en sus 'Guidelines fos Multilateral Enterprises' ;
*y la exclusión de los países del TercerMundo de las negociaciones contradice sus declaraciones de buena voluntad hacia los países pobres, especialmente su política sobre 'development partnerships' .
El MAI contiene un mecanismo de resolución de disputas, el cual les permite a las corporaciones demandar a los gobiernos si estos últimos desobedecen la directrices del proyecto neoliberal. El Tratado de Libre Comercio de Norteamèrica tiene una provisión similar, la cual fue usada por la corporación Ethyl para demandar el gobierno de Canadá. Según Ethyl, las regulaciones ambientales canadienses aumentan sus costos de operación y eso es injusto.
"El MAI es una amenaza a la democracia y al medoio ambiente", dice Kevin Dunion, presidente de la organización ambientalista internacional Amigos de la Tierra. "Las negociaciones de este acuerdo deben ser detenidas en seco antes deque hagan daño nefasto a la humanidad y al planeta", añadió Dunion.
La declaración contra el MAI advierte que èste impone numerosas obligaciones al estado, pero no al capital: "El MAI no contiene obligaciones que regulen la conducta de las corporaciones en lo que concierne al medio ambiente, asuntos laborales o prácticas monopolísticas. Tambien le da a los imversionistas la prerrogativa exclusiva de atacar regulaciones que fueron hechas para proteger el ambiente y la salud pública, hacer valer los derechos de los trabajadores, y promover la competencia libre y abierta."
Se denuncia tambièn que el MAI será una afrenta a la soberanía de las naciones, ya que "estará en coflicto con muchas leyes y regulaciones nacionales y locales presentes y futuras que protegen el ambiente, los recursos naturales, la salud pública, la cultura, el bienestar social y la seguridad del empleo. Como consequencia, muchas de èstas serán derogadas."
Los firmantes hacen hacen un llamado a la OCDE y sus gobiernos miembros a:
1) Llevar a cabo una evaluación independiente y minuciosa, con completa participación del público y la sociedad civil, del impacto social, económico y ecológico del MAI. Las negociaciones deberán ser suspendidas durante dicha evaluación.
2)Requerirles a las transnacionales inversionistas a honrar los acuerdos internacionales vigentes sobre el medio ambiente, derechos laborales, salud, seguridad y derechos humanos. Asegurarse tambièn de que las obligaciones y responsabilidades de los inversionistastengan precedencia sobre sus derechos.
3)Eliminar el proceso de resolucion de disputas que tiene el MAI y cambiarlo por mecanismos democráticos y transparentes. Tales mecanismos deberan garantizar que la sociedad civil, incluyendo grupos comunitarios y pueblos indigenas, les pueda hacer rendir cuentas a los inversionistas corporativos.
4)Que se hagan vistas públicas que estèn abiertas a los medios noticiosos, a los legisladores y al público en general.
Entre las organizaciones que han firmado la declaración figuran: Global Exchange, Institute for Agriculture and Trade Policy, International Forum on Globalization, la Hermandad Internacional de Tronquistas, Pax Christi, National Wildlife Federation, Public Citizen, Rainforest Action Network, Rural Vermont, Greenpeace y la Red del Tercer Mundo, además de grupos activistas de paises como Bangladesh, Brasil, Croacia, India, Kenya, Mexico, Nepal, Nicaragua, Palestina, Rusia y Uruguay.