CONFUSION ALREDEDOR DE LA BIBLIA
Para empeorar las cosas, hace ahora una treintena de años, aparecieron ciertos documentos antiguos, algunos contemporáneos de Cristo, que están poniendo muchas dudas en cosas que antes se tenian por muy seguras. Me refiero a los rollos del Mar Muerto, hallados en Qumran (Palestina), y a los papiros encontrados en Nag-Hammadi o Chenoboskion (Egipto). Seria engorroso para el lector que yo me pusiese a hacer una larga disquisición sobre el contenido y la importancia de estos descubrimientos de los esenios (Qumran) y de los gnósticos (Chenoboskion) que nos han esclarecido muchos puntos oscuros que teníamos sobre los orígenes del cristianismo.
Brevemente, la importancia de estos documentos radica en que por ellos podemos ver que muchas de las cosas que se nos han presentado como originales del Nuevo Testamento, no lo son ya que las vemos en documentos anteriores al nacimiento de Cristo que eran desconocidos hasta ahora; además gracias a ellos podemos conocer mejor cómo eran las ideas que influyeron en Cristo y en los apóstoles y muchas de las luchas ideológicas que hubo al principio de la Iglesia.
Por supuesto que hoy es muy fácil decir que todos esos libros son "apócrifos" y por lo tanto no inspirados por Dios; pero resulta que algunos de estos libros "apócrifos" estan citados como palabra de Dios en el Nuevo Testamento y se ve claramente que los apóstoles los conocían muy bien y dejaron sentir su influencia en las epístolas y evangelios en no menos de quince pasajes. De algunos de ellos se puede decir con toda justicia que fueran "sacados" de la biblia 1700 años despues de que habian sido escritos y considerados por muchas generaciones como inspirados.
Esto corrobora lo que dije anteriormente, que en realidad no sabemos a ciencia cierta cuál es la letra de la Biblia. Porque estos documentos descubiertos en Qumran y en Chenoboskion son muy anteriores a los más antiguos que hasta ahora teníamos de la mayor parte de la Sagrada Escritura. Algunos, por ejemplo los de Isaías, son 1000 años más antiguos que los "originales" que teníamos y de los cuales se habian hecho todas las traducciones de la Biblia que andan por el mundo.
Otro ejemplo: la biblia protestante del Rey Jaime (King James) de 1611, que es considerada por muchos angloparlantes como "la autorizada" y "la original", era ya la 7a. traducción de la biblia que se hacia al inglès, que para rematarlo, provenía de un "original" griego de 1550. Es decir que el original no era original (porque era ya una traduccion griega) y habia sido copiado entre 2800 y 1500 años despuès que los verdaderos originales habían sido escritos! Imagine el lector la cantidad de errores, olvidos, cambios y añadiduras que necesariamente habrán tenido que padecer todos estos manuscritos despuès de todas las copias y mas copias que se han ido haciendo a mano en el espacio de dos mil anos! Y ni siquiera tiene que imaginarlo porque le voy a dar unos cuantos datos que confirman lo que estoy diciendo:
Cuando se hizo una edición moderna en inglès del Nuevo Teatamento basada no en los "originales" de Etiene (de 1550) sino en el Codex Sinaiticuis (del sigio IV), solamente en el Nuevo Testamento hubo que hacer unos 6000 cambios, para corregir el texto anterior de la biblia del Rey Jaime, y de esos 6000 cambios, alrededor de 1500 hacian cambiar el sentido al versículo.
Seis mil cambios en en cuanto a la traducción inglesa. Pero lo que la mayoría de los cristianos no saben es que en el propio Codex Sinaiticus hay alrededor de 16,000 correcciones en el texto y en muchisimos casos una palabra ha sido variada dos y tres veces,de acuerdo a la ''inspiración" del que en aquel momento revisaba el códice, que se tomaba la libertad de cambiar palabras sencillamente porque no le gustaban.
Con esta libertad para cambiar, añadir o quitar palabras, no es nada extraño que entre los llamados ''originales" (aunque ninguno lo sea) anteriores al sigio X, se hayan encontrado la friolera de unas 83,000 discrepancias. De muchisimos pasajes se podrían publicar perfectamente dos textos paralelos en los que no coincidiesen ni el sentido ni las palabras.
Lógicamente uno se pregunta: y dónde queda lo que nos enseñaron tan seguramente de la "inspiración" del autor?; dónde queda la inerrancia o infalibilidad de la biblia?; icuál fue la parte que el Espíritu Santo tuvo en los textos que actualmente tenemos?; quièn es el supersabio que será capaz de encontrar la autèntica palabra de Dios entre esas ochenta y tres mil variantes? Si muchos predicadores y fieles supiesen estas cosas probablemente no se aferrarían tanto a los textos de sus manoseadas biblias y usarian un poco más sus propias cabezas.
La gran discrepancia que por estos días contemplamos en los periódicos acerca de la ordenación sacerdotal de las mujeres, es nada más que una consecuencia de todas estas dudas y esta confusión. Mientras unos dicen que eso es ir contra las enseñanzas directas de Cristo y de la Iglesia, y otros afirman qne no hay nada que se oponga, antes al contrario, que ello es parte de la dignificación total que el cristianismo vino a restituirle a la mujer, otros por su parte oyen toda la polèmica con una sonrisa de lástima porque no creen en la ordenación en sí y no aceptan sacramento alguno, Pero, eso sí, todos con la biblia en la mano para probar sus puntos de vista!
Una prueba de la importancia de los hallazgos de Palestina y Egipto es que alrededor de ellos se desató una fuerte controversia entre los varios sectores de investigadores que durante todos estos años han estado dedicados a su reconstrucción y traducción. Estos diversos sectores --escrituristas liberales, católicos, protestantes conservadores y hebreos� son los que han impedido que hasta la fecha el gran público apenas si se haya enterado de los descubrimientos y de todo lo que ellos significan. En realidad lo hallado no le ha venido bien a ninguna de las facciones envueltas, ya que en muchos casos echa por tierra sus respectivas creencias o puntos de vista en los que tienen intereses creados. En lo que se refiere a los judíos, han aparecido copias de todos los libros del Antiguo Testamento (de algunos hasta 15 y 17 copias) que en algun caso son alrededor de 1000 años más antiguos que las que ellos tenían y en las que se basaron para hacer en el sigio X la revisión "definitiva" del Canon de los escritos Sagrados.
Todo esto hace que el panorama religioso, para la gente que piensa con su propia cabeza, sea cada vez más confuso. No sólo para los que ven el fenómeno religioso desde lejos y lo siguen únicamente por curiosidad intelectual, sino para los mismos teólogos que investigan la realidad profunda que se esconde detras de todas nuestras creencias. Si el pueblo cristiano que todavía acude a los templos, supíese como piensan buena parte de los teólogos profesionales --tanto en el campo católico como en el protestante� y supiese cómo en el fondo de sus conciencias piensan muchos de los que "por deber de profesión." les predican los sábados o domingos desde púlpitos y estrados, sufrirían un grave quebranto en su fe ingenua.
Esta fe ingenua que en otras èpocas era alabada y aun fomentada por las autoridades religiosas, hoy día es una desgracia y es además un castigo a la pereza y al miedo que muchos cristianos tienen en ahondar en su fe, para ver si ella sirve o no sirve, o al menos para sacar de ella todo lo que por el paso de los años se ha ido distorsionando y falseando.
Da pena ver cómo gentes eminentes en sus profesiones respectivas y dotadas indudablemente de una inteligencia más que normal, siguen creyendo cosas que no aguantan ni un ligero análisis crítico y siguen fieles a prácticas o a ritos qne ya no tienen contenido alguno.
En muchos cristianos el motor que en fin de cuentas los tiene todavía caminando con la corriente de la tradición es ni más ni menos que el miedo: el miedo a lo trascendente, al "más allá"; el miedo a que Dios se enoje con ellos y en último tèrmino los mande al infierno. No en vano se nos dice en la biblia y se nos repitío en el catecismo que "el temor de Dios es el inicio de la sabiduria". Un temor que subterraneamente sigue haciendo su efecto y sigue llenando aun muchos temples, aunque las mentes de los que allí acuden estèn bastante lejanas. Y si no es el miedo a Dios, es sencillamente el miedo a la sociedad que los rodea, que los mirará mal si no siguen las "buenas normas tradicionales" entre las cuales se encuentra cierto barniz de apariencias religiosas.
En muchas sociedades el cristianismo se reduce a ciertas prácticas "cristianas"; y estas prácticas dan la impresión de una burbuja de espuma, que esta esperando nada más que un pequeño soplido para desvanecerse, dejando sólo un leve rastro. Este soplido es en muchos casos la clase universitaria, la compañia con otro tipo de gentes diferentes a las frecuentadas en el propio barrio o pueblo, la lectura de un buen libro en el que se ponga de manifiesto la desnudez lógica de muchos aspectos de nuestra fe tradicional. . ., cualquier cosa, en fin, que arranque este motor apagado que para muchos hombres es su propio cerebro.
La seguridad, inflexibilidad y firmeza con que nos enseñaron el dogma cristiano, difieren mucho de los principios inseguros, ambiguos y tan poco dogmáticos que vemos en el inicio del Cristianismo. Por otro lado aquel "orden nuevo" que según nos dijeron fue el cristianismo desde su mismo inicio, trayèndole al hombre una perspectiva de lo sobrenatural completamente diferente, vemos, a la luz de Qumran, que no era tan nuevo: Allí nos encontramos con unas bienaventuranzas qne son las antecesoras inmediatas de las que leemos en el evangelio; en el Manual de Disciplina de los esenios encontramos tambien que los dos principales ritos eran la cena sagrada �antecesora de nuestra eucaristia� y el bautismo al cual unian estrechamente' la presencia del Espíritu Santo; la teología paulina está claramente calcada en lo que leemos en el libro de Enoc y sobre todo en los Testamentos de los XII Patriarcas; y para completar el paralelo, nos encontramos a un misterioso "Maestro de Justicia", llamado tambièn Mesías y Cristo, que murió martizado un siglo antes de Jesús que al parecer era el jefe de la secta.
Es muy cierto que todos estos detalles hoy apenas si les interesan a la mayoría de los cristianos aun a aquellos que frecuentan sus iglesias. Prefieren seguir fieles a la tradición de sus padres, sin importarles mucho si estas tradiciones están basadas en algo real. Mientras lo que se pide o se practica o se cree no sea algo claramente maligno, es bueno. "Porque es mejor creer en algo que no creer en nada".
De axiomas como èste, hoy muy comunes entre los cristianos, a la inflexibilidad de las creencias por las que católicos y protestantes se llevaron mutuamente a la hoguera, hay un abismo. Y si bien es verdad que el cristianismo ha ganado mucho en tolerancia �algo completamente elemental dentro de la filosofía humanística y acristiana� lo está haciendo a costa de su unidad como cuerpo religioso y de su credibilidad como doctrina revelada.
Porque según estos principios, que tienen más de humanisticos que de religiosos, cualquier doctrina o creencia que lleve al progreso y al bien del hombre será buena, prescindiendo de su contenido ideológico. De aqui a la proclamación de la absoluta libertad de pensamiento no hay más que un paso. Un paso que significa el fin del dogmatismo y de la admisión de la biblia como la palabra de Dios. La razón tomará entonces el lugar que le corresponde en la vida del hombre y será el último juez para dilucidar si tal o cual cosa es o no la palabra de Dios y si tal o cual personaje que se presenta como enviado de Dios lo es o no.
Este es el momento en que se encuentra actualmente el cristianismo. Un. momento sumamente crítico porque la mente del hombre del sigio XXI ya tiene muchos mas elementos de juicio para llegar al fondo de toda la cuestión religiosa. Ya no se deja impresionar tan fácilmente por los milagros (porque èl está repitiendo los milagros de antaño en los laboratorios) ni le tiene miedo a ningún infierno eterno, porque su mente ha descubierto que de existir tal institución en el código de Dios, èste sería más imperfecto que los códigos penales por los que se rigen las naciones del mundo, ya que en ellos siempre hay una proporción entre el delito y la pena; proporción que con la institucion infernal seria flagrantemente violada. Y esto hablaria muy mal de Dios como legislador y juez.
A los que me digan que yo no puedo enfrentar mi justicia con la de Dios, les dirè con toda lógica que yo tengo derecho (es la única alternativa que tengo) a usar la cabeza que el mismo Dios me dio, sencillamente porque ni tengo otra, ni puedo usar otro miembro para discurrir.
El Pueblo cristiano en cuestión de religión está empezando a discurrir con su propia cabeza. Todavía no se ha atrevido a llegar al fondo de la cuestión en cuanto a sus creencias, pero sí lo esta haciendo en áreas que, aunque más superficiales, le tocan sin embargo más de cerca. En mi libro sobre la deshumanización del matrimonio y el sexo en el cristianismo ponía el ejempio de lo acaecido en Italia con motivo de la cuestión del divorcio. Permitame el lector esta autocita:
"No hace mncho tiempo hubo en Italia un referendum nacional para ver cuál era el sentir del pueblo con relación al divorcio. Las fuerzas católicas capitaneadas, como es lógico, por el Vaticano, unieron más o menos sus esfuerzos para tratar de derogar la ley del divorcio ya existente. El pueblo italiano dejó por un momento de lado sus creencias católicas y su obediencia a los jerarcas y votó en favor del divorcio. Una clara inspiración del Espiritn Santo. Dicho en otras palabras: la vida 'habló. Y habló como suele hablar y obrar siempre; contundentemente, caiga quien caiga. La vida, a traves del pueblo, dijo que el divorcio, en una sociedad en la que los matrimonios se fabrican de la manera ligera como se fabrican, al mismo tiempo que es una desgracia, es una necesidad absoluta y no tiene más remedio que existir. Hace ya más de cuatro siglos que el eminente humanista Erasmo de Roterdam escribió audazmente para su tiempo: "Mientras el matrimomo no pasa de ser un purgatorio para ganar el cielo, hay que mantenerlo; pero si se convierte en un infierno sin cielo posterior posible, es mejor disolverlo" ". |
(Perdóneme el lector que me extendiera en la cita, pero no quería que me sucediese lo que a muchos predicadores que citan la biblia fuera de contexto hacièndole decir al Espiritu Santo lo que a ellos les conviene. La segunda parte de la cita es para que el lector no crea que yo soy partidario ciego del divorcio).