¿INGENIERIA GENETICA O AGRICULTURA SUSTENTABLE?
ENTREVISTA A NELSON ALVAREZ
Carmelo Ruiz Marrero / 10 de septiembre de 1998
Las nuevas tecnologías de ingeniería genética, que incluyen la muy discutida clonación de animales, plantean unas importantes interrogantes ecológicas y sociales. Sin embargo, portavoces de la comunidad científica, los llamados "defensores de la ciencia", pretenden simplificar el asunto a una mera cuestión de libertad científica versus dogmas religiosos, y a veces no vacilan en ridiculizar a aquellos sectores ecologistas, feministas, religiosos, progresistas y anti-imperialistas que expresan reservas acerca de las "soluciones mágicas" a los problemas del mundo que promete la ingeniería genética. Pero las dudas del público persisten.
A través del mundo, numerosos activistas y ciudadanos preocupados se dedican a estudiar los impactos de la biotecnología y a proveerle al público puntos de vista alternativos para contrarrestar la propaganda constante de la industria y el "establishment" científico. Uno de esos activistas es el boricua Nelson Alvarez Febles, quien lleva años estudiando e investigando opciones para una agricultura sustentable, ecológica y viable a nivel de comunidades locales. Es abogado y sociólogo, y terminó en 1993 una maestría en el Instituto de Ecología Social en Vermont, Estados Unidos. Es también autor de un par de libros: "El Huerto Casero: Manual de Agricultura Orgánica", (una publicación de Editorial Claridad cuando el periódico era dirigido por Luis Fernando Coss), y "La Tierra Viva: Manual de Agricultura Ecológica", publicado por el Instituto de Educación Ambiental de la UMET. Actualmente trabaja en Acción Internacional por los Recursos Genéticos (GRAIN), organización activista con sede en Barcelona
(accesible por Internet: http://www.grain.org).
Nelson visitó a Puerto Rico recientemente y le hicimos una entrevista exclusiva:
CRM: La visión que se ha presentado en los medios de comunicación y en la comunidad científica es que las nuevas tecnologías de ingeniería genética son algo bueno y que si hay riesgos, éstos son mucho menores que los beneficios. ¿Qué problemas sociales, políticos y ecológicos surgen del desarrollo de estas tecnologías?
NA: Lo que sorprende es la virulencia, la presión con la cual la gran industria farmacéutica, química y agroindustrial empuja esta tecnología, llevando a los gobiernos y las instituciones internacionales a no poder establecer verdaderos mecanismos de precaución o siquiera o proveer información al consumidor.
Empiezo con eso porque es una manera de ilustrar el hecho de que esta tecnología, a pesar de lo que se dice, no está siendo promovida por sus posibles virtudes, sino por el hecho de que se han invertido miles de millones de dólares en la industria privada en los últimos 15 a 20 años con resultados pobres y escasos, y hay una enorme presión interna por la dinámica de lo que es una corporación para que empiece a rendir beneficios.
Dejemos a un lado los aspectos emotivos sobre si esta es una tecnología buena o mala. Aunque para mí es una situación similar a la de la energía nuclear, que es una tecnología que no ha demostrado ser segura o viable. Personalmente creo que nos vamos a encontrar en algún momento con un Chernobyl biológico como resultado de la liberación de organismos transgénicos- es decir, genéticamente modificados- al ambiente.
Hay que contestar tres preguntas para tratar de entender el tema de los organismos genéticamente modificados. Estos son organismos a los cuales se les injerta un gen de otro organismo para crear un organismo nuevo. Hay científicos que dicen que toda la vida hemos estado mejorando las especies, pero hasta ahora hemos estado limitados por las barreras de la naturaleza. Por ejemplo, hasta ahora no se podía mezclar, digamos, una habichuela con arroz y producir "habiarroz", tampoco mezclar un pez con una planta o un ser humano con un cerdo. La naturaleza establece unas barreras genéticas y las especies van evolucionando de una manera sincrónica en relaciones de cooperación y de competencia, pero nunca nos hemos acercado a la posibilidad de crear organismos completamente nuevos.
Esto plantea enormes interrogantes a nivel ético y religioso, pero los científicos se rehúsan a darles cabida y no quieren que se tomen en consideración.
Hay que ver tres cosas: Hay que ver qué se está haciendo por parte de la industria; hay que ver quién lo está haciendo; y hay que ver para qué lo está haciendo. Cuando empieza la cuestión de la ingeniería genética se hace toda una propaganda de que podría resolver los problemas del hambre, de la contaminación y de salud. Estas promesas no han dado los resultados esperados y, al contrario, la industria se concentra en unas pocas estrategias que son en última instancia costosas y dirigidas a unos mercados amplios.
En el campo de la agricultura, más de la mitad de la investigación se está haciendo en la introducción de una bacteria (Bt) dentro de los cultivos para que éstos tengan una propiedad propiedad insecticida innata hacia cierto tipo de gusano. Esto podría parecer una gran idea en primera instancia, pero ya se está comercializando el maíz algodón Bt en varios países del mundo sin saber necesariamente qué problemas va a tener en términos de resistencia a los insectos, en términos de la capacidad de reproducir a otros organismos esa capacidad insecticida, o sobre los efectos a largo plazo sobre el medio ambiente o sobre la salud de animales y humanos.
Se introduce al mercado una gama muy estrecha de opciones que tienen un mercado potencial muy amplio y que no necesariamente van dirigidas a responder a las necesidades de las grandes masas humanas que tienen la mayor dificultad en el acceso a los alimentos, que tienen deficiencias nutricionales. No va dirigido a eso, sino que va dirigido a aumentar los ingresos de las grandes corporaciones agroindustriales.
¿Quién lo está haciendo? Contrario a lo que sucedió en la primera parte de este siglo, hasta los años 60 o 70, en que gran parte de la investigación punta en los países industrializados era financiada por los gobiernos y por lo tanto era propiedad de los gobiernos, en estos momentos de neoliberalismo y privatización se da la situación de que una gran parte esta investigación es financiada y controlada por las transnacionales. Por lo tanto, entre sus prioridades no constan necesariamente los derechos a la alimentación, derechos humanos, los problemas ambientales, la educación popular, etc., sino aumentar las ganancias. Y esto es muy importante, porque determina las líneas de investigación.
¿Para qué se está haciendo? Se está haciendo para lograr en el área de la agricultura un mayor control de toda la cadena desde la producción en la finca hasta la venta al consumidor de productos alimenticios. Se está dando la enorme integración vertical, donde las mismas compañías hacen fusiones, establecen alianzas. Un ejemplo es la compañía Monsanto, que controla la tecnologÌa transgénica y que controla cada vez más la venta de semillas al agricultor. El agricultor es ahora un intermediario que tiene muy poca libertad, produce bajo contrato. No puede guardar semillas ni puede disponer de ellas para sus próximas siembras, por penalidades económicas establecidas en los contratos. La compañía vende los productos yerbicidas y otros químicos, y a la vez son comercializadores que están vendiendo cereales al por mayor. Esto es parte del objetivo claramente declarado por los departamento de estado y de comercio norteamericanos y de los países más ricos de que la seguridad alimentaria en el mundo ya no está basada en el autoabastecimiento de un país.
Puerto Rico ha sido un laboratorio en este caso. Para el año 1939, Puerto Rico se autoabastecía en un 65% de lo que se producía en el país. En estos momentos es un 5 o 7%. Puerto Rico podría actualmente- y hay estudios que lo demuestran- podría producir prácticamente toda su alimentación.
No se trata de volver a un aislamiento donde tengamos que comer solamente lo que Puerto Rico produce. Lo que es absurdo es que tengamos tanto capital humano, tanta capacidad técnica y tanta tierra desaprovechada o subutilizada cuando podría estar produciendo alimentos.
Esto es parte de lo que hoy en día se ha declarado en la Cumbre de las Naciones Unidas y Organización de Agricultura y Alimentos (FAO) en Roma en 1992 como política: que la seguridad alimentaria debe venir del acceso a los alimentos en el mercado libre internacional. Lo cual es espeluznante, porque ya sabemos que el libre mercado es muy caprichoso. Sabemos que no es tan libre, que responde a presiones políticas, que se utiliza como arma de castigo cuando los países no están dispuestos a entregarse a la globalización neoliberal.
eso responde en parte también esta estrategia de sustituir lo que hacen los métodos tradicionales de cultivo, milenariamente comprobados, por unas estrategias sumamente sofisticadas que requieren de una intervención en etapas críticas del insumo por parte de corporaciones transnacionales, lo cual les da no solamente control sobre la producción agraria, sino también sobre la comercialización y el consumo de los alimentos.
CRM: Se defiende la agricultura industrializada con el argumento de que los pesticidas sintéticos son absolutamente necesarios. De hecho, hace poco oí a un biólogo decir que el que diga que la agricultura sea posible sin pesticidas está mintiendo ¿Son realmente necesarios los pesticidas sintéticos?
NA: La idea de que los pesticidas sintéticos son necesarios no se sostiene en la realidad, y estoy dispuesto a polemizar sobre eso. Hay enorme evidencia de que los sistemas tradicionales pueden ser altamente productivos. Lo que pasa es que los criterios de productividad son distintos. Si tu siembras plátano en 200 cuerdas, lo único que se mide es cuántos plátanos produce. Pero la realidad del agricultor, la realidad campesina no aprovecha solo un producto.
Si comparamos esa producción de monocultivo con lo que es el cafetal tradicional que en Puerto Rico, que puede tener productividad por 50 años. Esa agricultura tradicional puede proveerle a la familia agrícola y a la comunidad no sólo un producto principal, como lo es el café, sino también toda una serie de productos a través del año. Un cafetal produce chinas, madera para construcción, ahí encuentras plantas medicinales, pesca de río, árboles frutales, además estás cuidando el suelo y las fuentes de agua. Esos son valores y productos que no se evalúan cuando se viene a medir la productividad.
El modelo de la Revolución Verde, que es la industrialización de la agricultura, se basa en la negación completa de todo conocimiento anterior, cuando sin embargo ese conocimiento anterior es la mejor experiencia que hay de que el uso de los recursos puede hacerse sustentablemente a través de siglos y milenios.
No se probaron otras alternativas y ahora es que se están buscando. ¿Cómo podemos aumentar la productividad neta de un sistema agrícola tomando en cuenta el flujo de nutrientes, flujo de agua, flujo de energía, diversidad de producción y productividad a largo plazo, todo esto integrando las externalidades?
La agricultura industrial ni paga por la erosión del suelo, ni paga por la contaminación del agua, ni por los problemas de salud de los trabajadores que administran los pesticidas y yerbicidas, ni paga por los problemas de salud secundarios que se generan a largo plazo en la sociedad por estar consumiendo un coctel de veneno.
CRM: La clonación es el aspecto de la ingeniería genética que más publicidad ha generado, especialmente en meses recientes. Los defensores de esta nueva técnica pretenden reducir la controversia que ésta ha creado a una mera cuestión de libertad científica. ¿Qué interrogantes plantea la clonación de organismos?
NA: Lo que planteas sobre libertad científica, yo creo que la sociedad y todos sus sectores deben hacerse seriamente la siguiente pregunta: ¿Por qué razón un segmento de la actividad social humana ha de quedar fuera del control, de la supervisión, de la capacidad decisional del resto de la sociedad?
Antiguamente, sólo las religiones se atribuían esa capacidad de estar por encima de las cosas mundanas. Ahora la ciencia se quiere convertir en una nueva religión la cual debemos acatar. Yo creo que la ciencia debe estar sujeta al control social. Y mi experiencia es que cuando se le explican las cosas a la gente, la gente entiende, aunque sean cosas complejas.
Y la clonación es un buen ejemplo. Yo creo que la gente tiene derecho a opinar en un momento determinado si quieren o no que se fabriquen organismos a la medida, si quieren que se fabriquen ovejas para que produzcan antibióticos, o guineos para que produzcan vacunas. Y yo creo que tienen derecho a saber cuáles son los protocolos de investigación, cuáles son las medidas cautelares que se toman para que no surjan problemas, y tienen derecho a saber cuáles son los efectos secundarios. Lo que pasa es que eso requiere años de investigación en el laboratorio y el campo, y la industria no tiene el tiempo porque quiere recuperar su inversión mucho antes de eso.
La segunda pregunta es más profunda: ¿En qué medida el que estemos jugando a creadores en animales facilita el que en un momento determinado empecemos a diseñar seres humanos a la medida? ¿Y qué mecanismos vamos a poner para evitar que eso se haga en un nuevo tipo de proceso en el que se pueden agudizar los patrones que conocemos desde el principio de la historia, de pueblos tratando de alimentar su supuesta superioridad racial sobre otros?
En tercer lugar, es una tecnología en una fase completamente experimental, y no es la única manera de resolver los problemas. Hasta ahora hemos sido capaces de resolver el problema social, de salud, ambiental sin tener que recurrir a la tecnología con la cual francamente no tenemos garantías de que los beneficios serán mayores que las dificultades.
CRM: Frente a este cuadro, ¿Qué iniciativas se están dando alrededor del mundo para hacerle frente a los retos e interrogantes que presentan estas nuevas tecnologías biológicas?
NA: Lo primero que tenemos que darnos cuenta es confundimos nuestra vida de supermercado y centros comerciales con la realidad del planeta. En el planeta en que vivimos, todavía 8 de cada 10 personas utilizan plantas medicinales y medicina tradicional para cuidado primario de la salud. Y 6 de cada 10 personas dependen parcial o completamente de alimentos que cultivan.
Y eso es bien importante, porque cuando me haces esa pregunta yo la voy a contestar tomando en cuenta esa mayoría de la humanidad que se nos olvida que está ahí, y que tienen la experiencia de manejo sustentable de los recursos naturales más importante de la historia.
Porque si fuéramos a buscar quién- y dónde- ha tenido la capacidad a través de siglos y milenios de utilizar las plantas, los bosques, la tierra, los ríos y las aguas de una manera que le de lo que necesita para vivir. Además, no solo permite que ese recurso siga existiendo, sino que lo mejora para generaciones futuras, son esas innumerables pequeñas comunidades y pequeñas experiencias agrícolas a través de todo el mundo que han logrado en un proceso de micro-adaptación a nivel local, agroecosistémica, una adaptación de los sistemas de producción agrícola a nivel local, producciones estables en el tiempo, que sean apropiadas para producir alimentos en cantidad y calidad suficientes, que les de a las familias lo que necesita, y que además sean culturalmente apropiadas, que les permita mantener una evolución de sus patrones agrícolas, culturales y creencias religiosas.
Donde yo trabajo, la organización GRAIN, nos dedicamos a traer a luz toda esta investigación que demuestra la viabilidad de estas experiencias, incorporándola a lo que podría ser elementos de una ciencia participativa, de una ciencia que tiene al ser humano y al medio ambiente como eje central, como vendría a ser la ciencia de la agroecología, desarrollada por, entre otra gente, los compañeros de la Universidad en Berkeley y Santa Cruz y experiencias en Africa, Asia y América Latina.
No queremos revoluciones, queremos evoluciones, donde nosotros los técnicos cumplamos una función de puente, entre el rescate y la valoración de lo que sirve y la introducción participativa, cautelosa de resultados de la investigación moderna, donde se va a un aumento en la producción que sea socialmente respetuosa, económicamente viable y ecológicamente sensitiva.
Para más información acerca de los peligros de la ingeniería genética:
gopher://gopher.igc.apc.org:70/00/trade/iatp/biodiversity-ipr/gen.biotech/448 Winners and Losers in the Biotechnology Revolution
http://www.netlink.de/gen/home.html Campaign to ban genetically engineered foods
Sites de Carmelo: Rincon de Pepo y Carmelo / Viva la Nación