Un puertorriqueño defensor de los Torturados

Tomado de Claridad 20 al 26 de Marzo 1998
Por Mari Mari Narváez

"Un sacerdote aborigen que fue torturado en Australia dijo: 'si vienes a ayudarnos porque sientes pena por nosotros y nos percibes como víctimas impotentes, por favor, no vengas. Pero si viniste porque tu propia liberación está intimamente relacionada con la nuestra, entonces, por favor, ven y caminaremos mil millas juntos'.  Todos somos judíos. Todos somos guatemaltecos. Lo que le pasó a ellos nos puede pasar a nosotros-y nos pasará si no trabajamos para detener la tortura." Antonio Martínez

Antonio Martínez es un puertorriqueño defensor de los sobrevivientes mundiales de la tortura. Es fruto de la Universidad de Puerto Rico y se doctoró en sicología clínica en la Universidad de Massachussetts en Amherst. Viajó la semana pasada desde Chicago-ciudad donde reside para dictar la Segunda Lección Magistral Cátedra UNESCO de Educación para la Paz, la cual se celebró el jueves 12 de marzo en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. En Estados Unidos, dirige el Centro Marjorie Kobler para el Tratamiento de Víctimas de Tortura y el Instituto para Sobrevivientes de Violaciones a los Derechos Civiles. Ambas entidades se dedican a investigar, fortalecer a sobrevivientes con terapia y educar para prevenir la violación de derechos humanos. También está vinculado a otras organizaciones tales como la Sociedad para Renovación Comunitaria, Aumentemos la Paz en Nuestra Vecindad, Amnistía Internacional, Shalom Ministries, Partners of Conscience y Cruz Roja Internacional, entre otras. En entrevista con CLARIDAD, habló de tortura y de violación a los derechos humanos. Tortura es "la destrucción sistemática de la persona, familia, vecindario, escuela, trabajo, organizaciones formales e informales y la nación". Su propósito es controlar a una población "para que no se lleven a cabo agendas individuales o colectivas", explicó el doctor.

Asegura que la peor de las experiencias es sufrir la tortura. La vida de un sobreviviente de esta violación a los derechos humanos gira continuamente en torno a la figura de su verdugo. "[Para esta persona] todo se filtra a través del 'lente' de la tortura. Con frecuencia, los sobrevivientes dicen: 'el torturador vive dentro de mí'". Estos sobrevivientes no pueden evitar 'ver' a sus torturadores dentro de las personas que enfrentan en su día a día. Explicó que la tortura está ligada a las estructuras poderosas y al abuso de éstas. Es muy normal que las víctimas sean aquellas que no tienen con qué defenderse.

Por otro lado, la dinámica de los torturadores es buscar la paralización de sus víctimas. Calculan los síntomas decadentes que perduran en éstos tras las violaciones y que viabilizan la inoperación. Estos síntomas incluyen, entre otros, depresión, estrés, síndrome de tortura, sentido de culpa, pesadillas, insomnio, falta de concentración, impedimento para formar alianzas e incapacidad para ejercer el poder. Este último, Antonio Martínez lo denomina como una parte vital de la personalidad. Además, cumple estratégicamente con los propósitos de controlar y eliminar fuerzas disidentes.

No todas las violaciones a los derechos humanos son tortura. Hay diferentes niveles de opresión y degradación. No obstante, es importante percatarse de que podrían existir torturados en nuestro diario vivir. No hay que apoyarse en ejemplos tan mitológicos como el Che Guevara, ni tan lejanos como nuestros presos políticos. No hay que buscar a las hermanas Mirabal ni a las Antígonas. Estos héroes, aunque son ejemplos dolorosos e impresionantes, no son los únicos ejemplos de tortura.

Una persona 'normal', que se afana por una mejor calidad de vida, podría, dentro de un escenario peligroso, ser torturada. En uno de sus ensayos, Martínez da el ejemplo de los guatemaltecos Juana y Felipe, un matrimonio de organizadores comunitarios. Ellos, preocupados por las precarias situaciones en que vivían los niños de su vecindario, les organizaron un club. Tras recoger dinero para llevar a cabo una fiesta, la pareja le pidió permiso a los militares para cerrar la calle el día de la celebración. Los militares, bruscamente, contestaron que no. Como Juana y Felipe siguieron en lo suyo, al cabo de unas semanas, llegaron los militares a su casa, violaron a Juana, a su madre y a los niños de seis y nueve años. Luego le dieron una paliza a Felipe y se lo llevaron. El nunca volvió a aparecer.

 

Este tipo de tortura es del microsistema porque deja estragos permanentes en el núcleo familiar que, en la sicología, es denominado micro.

La tortura está ligada a las estructuras poderosas y al abuso de èstas. Es muy normal que las victimas sean aquellas que no tienen con què defenderse

El doctor Martínez entiende que en todos los países latinoamericanos ha habido periodos de tortura, y- de más está decir - una constante violación a los derechos humanos. En Guatemala hay 161,000 desaparecidos-incluyendo a Felipe-. En Chile- que es un país deprimido por los estragos de una dictadura de terror- se hace un esfuerzo por establecer la democracia, y al mismo tiempo, Augusto Pinochet, autor de los estragos dictatoriales, se coloca como legislador en el Senado. La República Dominicana de Trujillo, el Haití de Duvalier, la Nicaragua de Somoza, la Cuba de Batista, la mafia de la CIA y el FBI inmiscuida por doquier del continente latinoamericano, y todos los demás, son ejemplos de violaciones nacionales a los derechos civiles. De hecho, los centros en que trabaja el doctor Antonio Martínez no aceptan fondos federales ni lo harán hasta que Estados Unidos admita su complicidad directa con los problemas registrados en la América Latina.

El doctor habla del maltrato de mujeres en Brasil. Dice que allí se cometen crímenes pasionales y los agresores salen victoriosos tras defenderse con un argumento de locura momentánea. La situación en Puerto Rico no es muy diferente, le digo. El lo sabe. De Puerto Rico, recalca la brutalidad policiaca y el abuso contra las poblaciones marginadas. "[En Puerto Rico] la actitud [en cuanto a las violaciones de derechos] es abierta y si no se confronta, son la base de una dictadura".

Recalca que los indicios más sencillos de autoritarismo los escuchamos todos los días en frases "tan trogloditas" como "los niños hablan cuando las gallinas mean". Otro ejemplo, indicó, son los chistes de dominicanos "que son los mismos que hacían de nosotros allá en Nueva York".

El sicólogo boricua explica que ha estado indirectamente envuelto en la lucha por la excarcelación de los presos políticos puertorriqueños. Aunque, por la confidencialidad que les debe, no puede precisar sobre algunos casos de familiares de prisioneros a quienes ayuda a rehabilitar sicológicamente, dijo que ha llevado la discusión de la excarcelación a foros internacionales.

El mensaje que les lleva Antonio Martínez a los sobrevivientes es que no se encierren en el silencio. Y que, por sobre todas las cosas, entiendan que lo que atraviesan tras una experiencia de tortura o violación de derechos no es una enfermedad mental, sino "una reacción normal asituaciones anormales".

 

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