Me duele la patria

Carta a Claridad 20-26 marzo de 1998

Puerto RicoMe duele la patria como un golpe viejo, seco y arrugado que cada vez trastocan sangra. Es una herida profunda solamente por la cáscara de piel oscura que muere en su intento por sellar el dolor. Tanto me duele que no se gritar. Se ahogó en mí la palabrajusta y sincera, capaz de expresar la insatisfacción de muchos añosante la cicatriz marcada por una sociedad rastrera de los intereses mezquinos de otra nación.

Me sigue doliendo el materialismo desenfrenado que deshumaniza y convierte al hombre en carne destinada a la pulverización. Me duele la negación de lo propio por la afección de lo lejano y distante, como aquellosque endiosan los simbolos patrios de tierras que no conocen y de gentes que no les respetan. Me afecta la enagenación de los míos ante el deseo explícito de desintegrar aún más, a nuestra ya desintegrada sociedad. Me sangra el olvido de nuestra identidad.

Me seguirá doliendo esta enmudecida, obcervadora y partícipe de su propia indignidad. Puedo verla toda inerte y tiesa esperando la estocada mortal. Se desangran los ideales y los valores por unos cuantos pesos que nos ofrezcan de allá. Diran los sometidos que nada importa si, a cambio de la deshonra, les llenan el buche con federalismo pan. Todo sea por el progreso, por el maldito concretoprogreso que un capricho de la naturaleza en cualquier momento puede acabar.

Me duele que la gente no cresca por dentro, que no descubra la bellesa interna de su propio ser, a cambio, se aferre tenazmente a sus complejos coloniales y no permitan la evolución de su propio yo. Un yo que una vez descubierto es capaz de luchar y levantarse por si mismosin necesidad de otro sosten que no sea su propia dignidad.

Mi cuerpo es joven pero la marca un golpe viejo. Un golpe que arrastra siglos, sudor y sangre. Sin embargo, aunque el dolor me ahoga y a veces olvido gritar, allí late la herida como recuerdo vivo de algo que aún no ha podido cicatrizar. Seguramente seguirá doliendome, abriendose y latiendo, pero conjuntamente crecerá este amor. Un amor fundamentado en la esencia de la conciencia pura que encamina mi ser. La esencia misma de ser puertorriqueña y que el amor a mi patria ni la mñs honda herida podrá vencer.

Lourdes Santana
Lajas, Puerto Rico

 

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