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Desarrollo amenaza costa de Toa Baja Carmelo Ruiz Marrero / CLARIDAD
El grupo Comunidad Toabajeña en Defensa de la Zona Costanera advierte que el desarrollo desmedido y mal planificado amenaza con hacer destrozos en la zona que va desde Punta Salinas hasta Isla de Cabras. Intereses desarrollistas pretenden edificar ahí el proyecto Frente Marítimo de Toa Baja, que consiste de marinas, urbanizaciones, hoteles, espacios comerciales y miles de estacionamientos, a pesar de que se trata de terrenos que además de inundables le pertenecen al público. La comunidad toabajeña, representada por la licenciada Jessica Rodríguez de la facultad de derecho de la Universidad Interamericana, es la parte demandante en un recurso de revisión administrativa radicado en septiembre ante el Tribunal de Apelaciones impugnando el aval de la Junta de Calidad Ambiental (JCA) al proyecto. La declaración de impacto ambiental (DIA) que la JCA sometió en evaluación del proyecto es "la más deficiente que he visto en mis diez años de oficio. No cumple ni procesal ni sustancialmente los requisitos para una DIA correctamente hecha", señala Rodríguez. En el predio habitan especies en peligro de extinción, como el pelícano pardo, la anguila de mar y el manatí, las tres protegidas por la Ley de Vida Silvestre de Puerto Rico y por la ley federal de especies en peligro (Endangered Species Act). En la DIA solo se menciona el manatí y solamente una vez, y dice, sin presentar evidencia o argumento alguno, que éste no será afectado por el proyecto. "La ironía es evidente. El mar será dragado, el terreno deforestado, pero las especies en peligro de extinción no se enterarán", comenta el recurso sometido. Los demandantes alegan que la construcción propuesta constituye una privatización de la playa y que expondrá los residentes de Levittown a inundaciones causadas por la destrucción de las dunas en el área. Que la zona propuesta para este desarrollo es inundable no se puede cuestionar, ya que Levittown y el barrio Ingenio, que queda al oeste, fueron severamente azotados por las marejadas ciclónicas de Georges. La propia DIA del proyecto reconoce que Toa Baja sufre de inundaciones por su topografía y la ubicación de los ríos. La vulnerabilidad de este municipio a las inundaciones podría ser exacerbada si se destruyen las dunas costeras para hacerle paso a la construcción. "De no ser por las dunas y la vegetación, las inundaciones de Georges hubieran sido peor", planteó Carmen Lavandero, residente de Levittown y portavoz de la comunidad. Además, sería ilegal la construcción, ya que el Plan de Manejo de la Zona Costanera adoptado por la Junta de Planificación (JP) permite la ocupación del dominio público marítimo terrestre únicamente para instalaciones dependientes del mar, como muelles, y excluye la construcción de centros comerciales y urbanizaciones. En la zona hay humedales, los cuales proveen control natural a las inundaciones, purifican aguas, recargan acuíferos y son habitat de vida silvestre. La JCA, la JP y el Departamento de Recursos Naturales tienen un acuerdo conjunto para la protección, conservación y restauración de éstos. Además, están protegidos por la ley federal de aguas limpias (Clean Water Act) y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos tiene jurisdicción sobre ellos. Pero la DIA no ofrece dato alguno sobre dónde están los humedales, su tamaño o extensión, ni cómo serán impactados, y no presenta indicación de que se haya consultado con el Cuerpo de Ingenieros. El área es, además, rica en recursos arqueológicos que no se han estudiado. La DIA admite que hay recursos culturales de relevancia histórica, incluyendo de origen pre-hispánico, pero no se realizaron estudios de campo o excavaciones de tipo alguno. No dice qué yacimientos arqueológicos hay, cómo se identificarán, cómo se protegerán, catalogarán y preservarán. La construcción se erigirá viento abajo de, y contigua a, la planta generadora de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) en Palo Seco, una de las mayores fuentes de contaminación atmosférica en todo Puerto Rico, y ésta es mencionada en la DIA en sólo una oración. El recurso sometido por la comunidad sostiene que "dicha región evidencia los niveles más altos de incidencia de cáncer y enfermedades de las vías respiratorias en todo el país�. La parte demandante llama atención a las reiteradas violaciones de la planta de Palo Seco a estándares de calidad de aire, las multas que ha recibido de la agencia federal de protección ambiental, sus descargas ilegales de contaminantes al mar y el pleito del gobierno de Estados Unidos contra la AEE en el tribunal federal. ¿Dónde está la lógica de hacer un desarrollo turístico en una zona tan contaminada? La DIA no menciona nada de esto. Sólo dice que se tomarán medidas para disminuir el problema del particulado en el aire. ¿Cuáles medidas? No dice. El proyecto incluye la construcción de más de cien apartamentos, una marina, un estacionamiento y otras facilidades en un predio de 60 cuerdas en el lado oeste de la boca del río Bayamón. La DIA no dice nada de la magnitud de la sedimentación del río a ser causada por el movimiento de terreno y la deforestación del predio. ¿Cuál es la zonificación del terreno? ¿Cuál es la densidad poblacional propuesta, las dimensiones del proyecto, el titular del terreno, el proyectista de la urbanización? Ninguna de esas preguntas es contestada en el documento. Encima de todo esto, la infraestructura de acueductos y alcantarillados en el área es deficiente. La propia División de Asesoramiento Científico de la JCA comunicó en una carta a la parte proponente del proyecto que el sector carecía de la infraestructura sanitaria adecuada. la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados sostiene, por su parte, que su planta regional de Bayamón no tiene la capacidad de tratar las aguas usadas que generará el proyecto. ¿Quiénes están detrás de este proyecto? Hasta ahora, ni la comunidad ni la licenciada Rodríguez saben a ciencia cierta. |