Veneno para ratas en nuestros acueductos 

En nuestra agua potable ¿Medicamento o veneno de ratas?

Carmelo Ruiz Marrero / 1ro de septiembre de 1998

 Hace unos meses, la cámara de representantes y el senado aprobaron un proyecto de ley que obligaría a la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados a añadir fluoruro al agua potable. Varios dentistas, como Edwin del Valle, presidente de la Asociación de Dentistas Cirujanos, están deleitados con la legislación y la elogian como un paso hacia adelante en la higiene pública. Sin embargo, la organización ambientalista Misión Industrial advierte que el fluoruro es altamente tóxico y que su introducción a nuestros acueductos sería un desastre para la salud del pueblo.

En un comunicado, Misión Industrial denuncia que el fluoruro es un potente tóxico enzimático de la misma clase que el cianuro, más tóxico que el plomo y ligeramente menos tóxico que el arsénico. El fluoruro de sodio, una de las sustancias que se usan para fluoridar el agua, también se usa para matar ratas. "Investigaciones en diversos países lo relacionan [al fluoruro] con cáncer de los huesos, daños genéticos, debilitamiento del sistema inmunológico, eczema, alteración del metabolismo de calcio, aumento en la incidencia de fracturas y aumento en los nacimientos de niños mongoloides, entre otros males. El fluoruro se acumula en el cuerpo. Aunque las dosis sean pequeñas, a largo plazo van a tener un efecto sobre la salud", dice el comunicado.

Ya existe todo un cuerpo de investigaciones científicas que dan razones para preocuparse acerca del efecto del fluoruro sobre la salud.  

Según el doctor James B. Patrick, una autoridad en la investigación de antibióticos, un extenso estudio realizado a fines de los setenta indicó una relación entre el cáncer y el fluoruro. La evidencia de esta relación era más contundente que la que se ha encontrado para la zacarina y el benzeno, dos sustancias eliminadas del mercado por su toxicidad.

En varios estudios científicos se ha encontrado relación entre el consumo de agua fluoridada y un aumento en la incidencia de fracturas.

En Nueva Jersey, una investigación del doctor Perry D. Cohn reveló en 1992 un aumento en osteosarcomas, una rara forma de cáncer de los huesos, en varones en áreas donde el agua es fluoridada. Además, hay por lo menos ocho estudios recientes que asocian el fluoruro con un aumento en la incidencia de fracturas.

Estos daños a los huesos posiblemente se deben a que del fluoruro que se ingiere en el agua, sólo 5% llega a los dientes, el 50% se excreta y el 45% restante se acumula en los huesos.

El doctor Del Valle, quien es uno de los principales proponentes de la fluoridación del agua potable en Puerto Rico, señaló a CLARIDAD en respuesta a los planteamientos de Misión Industrial que es cierto que el fluoruro puede hacer daño en cantidades nocivas, pero que a fin de cuentas, "todos los excesos son malos". El dentista cirujano hizo referencia al Tylenol y la sal común, los cuales son dañinos en ciertas cantidades.

"El síntoma más común si se ingiere el fluoruro en exceso es que se manchan los dientes. Eso no va más allá del problema estético", señaló Del Valle, quien añadió que "hay que ser ciego para no ver los beneficios de la fluoridación del agua potable, no se pueden cuestionar ni poner en duda."  

Del Valle recomienda que la dosis de fluoruro en nuestra agua potable sea de 0.8 a 1.2 partes por millón (ppm), que son niveles aceptados por la Asociación Dental Americana y el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos. Pero según Misión Industrial, el fluoruro ya es tóxico en cantidades de dos ppm.

La diferencia entre 1.2 y 2 ppm parece ser suficientemente grande como para uno no preocuparse, ¿no? Pero sepan que en la profesión médica se recomienda que para que un medicamento terapéutico sea seguro, éste debe tener un margen de seguridad de 100 a 1. Esto quiere decir que debe haber una diferencia de 100 a 1 entre una dosis adecuada y una peligrosa.

Incidentalmente, las pastas de diente suelen tener 1500 ppm de fluoruro y los enjuagadores bucales, más todavía.

Del Valle señala que el fluoruro se encuentra en nuestro ambiente de forma natural, ya sea en nuestros acuíferos o en la corteza de los mogotes. Juan Rosario, portavoz de Misión Industrial, puntualiza que es por esa misma razón que no se debe aumentar la cantidad de fluoruro que consumimos.

El estado de Texas, por ejemplo, tiene un contenido alto de fluoruro en el agua, según nos dice Del Valle. Debe ser por eso que el doctor Dean Burk, que era químico residente del Instituto Nacional del Cáncer, declaró en una vista en la corte de distrito de Texas que "Yo no conozco ninguna, y quiero decir absolutamente ninguna medida de prevención que pueda salvar más vidas que detener la fluoridación [del agua] o no empezarla donde quieran empezarla. Usted podría salvar 30,000 o 40,000 o 50,000 vidas al año".

Rosario condena la fluoridación del agua no sólo por sus efectos sobre la salud, sino también por entender que constituye una violación a los derechos humanos. El portavoz de Misión Industrial señala que cuando los doctores nazis fueron juzgados en Nuremburg, se determinó que a un individuo no se le debe dar medicamento sin su consentimiento. Si el fluoruro tiene propiedades anti-microbiales, entonces es un medicamento, argumenta Rosario. "Aprobar esta medida constituiría una violación al derecho de todo ciudadano a decidir qué tratamiento médico quiere recibir", dice el comunicado del grupo ecologista.

El proyecto de fluoridación del agua, aprobado ya por cámara y senado, espera por la firma del gobernador. Del Valle recomienda que el fluoruro sea administrado al área metropolitana mediante el Superacueducto.

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